La Montesa Enduro fue un modelo de motocicleta fabricado por Montesa entre 1974 y 1987, diseñado específicamente para la práctica del enduro (modalidad llamada entonces "Todo Terreno"). A lo largo de su vida comercial de producirse varias versiones en cilindradas variadas, desde los 75 hasta los 360 c.c., todas ellas con las siguientes características generales: motor de dos tiempos monocilíndrico refrigerado por aire, frenos de tambor y amortiguadores de horquilla convencional delante y telescópicos detrás.
Fue el primer modelo estrictamente de Todo Terreno que fabricó Montesa (las anteriores Texas de 1966 y King Scorpion de 1970 no pasaban de ser meras motos polivalentes, a medio camino del turimo y el trail) y durante años fue uno de los tres pilares comerciales de la marca, junto con la Cota de trial y la Cappra de motocross. De hecho, el Enduro era una extrapolación de la Cappra adaptada a las normativas vigentes de homologación para poder circular por carretera y competir en pruebas de Todo Terreno.
Antecedentes: La Montesa Enduro de 1965
A petición del importador en EEUU, Montesa fabricó en 1965 una tirada especial de la Impala Sport 175 con aspecto de moto de montaña: manillar alto, neumáticos de campo y poco más- para aquel mercado, donde se distribuyó con el nombre de "Enduro" (o Enduro Texas). Aquella primera Enduro fue la predecesora de la Texas 250 de 1966, una nueva adaptación de la Impala en la montaña que estuvo en producción hasta 1971, cuando fue sustituida por la King Scorpion aparecida un año antes. Todos estos modelos tenían en común el hecho de estar diseñados pensando en su uso por carretera y, como mucho, por caminos forestales transitables. Los aficionados al Todo Terreno que quisieran competir con una Montesa debían optar por adaptar una de estas motos o, mejor, una Cappra de motocross según su criterio.
Las Enduro de los años '70 y '80
Con el lanzamiento en 1974 de la primera Enduro 250, basada en la Cappra VRS y plenamente especializada, Montesa superó su falta de competitividad en el sector del Todo Terreno y ensanchó la oferta disponible en España de este tipo de motocicletas , restringida hasta el momento a la Bultaco Matador y a la OSSA Enduro.
Desde ese momento y bajo la dirección de Pere Pi, el DID de la empresa evolucionó año tras año el Enduro hasta convertirla en una de las mejores motos de su modalidad. Las Enduro incorporaban anualmente las innovaciones ensayadas a los prototipos de los pilotos oficiales de la marca.
La renovada Enduro H6 de 1978 representó un punto de inflexión en la evolución del modelo: la tradicional versión 250 era una moto más económica y polivalente que servía tanto para el día a día como para un uso más deportivo, mientras que la nueva 360 cubría el sector de clientela que buscaba una moto plenamente exigente y de alto nivel en competición.
La gama se fue mejorando hasta el lanzamiento de las nuevas Enduro H7 (la versión 80 en 1982 y la 360 en 1983), las últimas Enduro y su cenit en el aspecto tecnológico. A lo largo de los años, las diferentes versiones fabricadas de Enduro 360 H6 y H7 tuvieron un notable éxito de ventas y contribuyeron a popularizar el Todo Terreno en una época en que la especialidad de fuera de asfalto por excelencia era el trial. Fue tal el éxito de esta moto que se siguió fabricante ininterrumpidamente hasta unos años después de que Montesa hubiera sido absorbida totalmente por Honda, en 1986.