La 'burra', igual que cualquier otro vehículo, requiere cierto mantenimiento periódico. Para eso están las revisiones que el fabricante ha previsto y debes cumplir. Pero entre esas revisiones también hay detalles que comprobar si quieres sacar todo el partido de tu burra durante mucho tiempo.
Todos tenemos más o menos claro que hay momentos en los que cambiar el aceite, las pastillas de freno o los neumáticos de la burra. Unos cuando se desgastan, otros cuando te lo dice el fabricante. Ese mantenimiento periódico puede ser suficiente para que la burra no se rompa. Pero hay más cosas que hacer, tareas que generalmente los libros de instrucciones te indican pero que, seamos sinceros, no siempre se siguen al pie de la letra.
Nivel de aceite, de anticongelante, presión de neumáticos, estado de las luces o de los frenos, etc. son aspectos que puede comprobar con facilidad de cuando en cuando y que le evitará averías graves o sustos en el uso de la burra. Tardará poco tiempo, no requieren especial formación técnica o muchas herramientas y, además de prevenir probables desgracias, harán que disfrute más de la burra. Cuando está en forma es más divertida y agradable. No lo dude.
Compruebe el refrigerante.-
Lógicamente es un trabajo que se ahorra si tu 'amoto' es de aire, pero esencial si es de agua. Si toca cambiar el líquido (también se cambia, aunque no tanto como el aceite) es más complejo que el aceite, pero no mucho más, comprobar si el circuito está a nivel si no ha habido fallos. Si se ha calentado, no te fíes: lleva la 'burra' al taller y que comprueben fugas, presión del circuito, estado del radiador y purgado del sistema. Pero si va bien, es suficiente comprobar que el líquido en el vaso expansor está a nivel. Estará más o menos escondido en función del modelo de 'burra'; tendrás que mirar en el libro de instrucciones. Eso sí, siempre con el motor frío, que este líquido puede estar cerca de 100 ºC si acabas de parar el motor. Al igual que con el aceite, una vez al mes es suficiente, aunque durante los meses calurosos hay mayor riesgo que en invierno, por lo que cuando haga frío puedes espaciarlo más.
Mire el nivel del aceite.-
El aceite es vida para el motor. Engrasa las distintas partes móviles internas y ante su falta el motor gripará dañando gravemente casi todas sus partes. El aceite se deteriora y pierde capacidad de engrase con el tiempo, por lo que se debe cambiar periódicamente. Además se introduce por las paredes del cilindro para su engrase, donde se quema y, por tanto, se gasta, bajando el nivel. Asimismo, si hay alguna pequeña fuga, el nivel bajará más y esto puede detectarse demasiado tarde si confías demasiado en las revisiones periódicas. En función de la 'burra', este nivel se comprueba de dos maneras: mediante un ojo de buey en el lateral del motor o con una varilla que va en el propio tapón de rellenado de aceite. Suele ser de plástico negro y estar bien visible. En ambos casos se mira con la 'burra' bajada del caballete, en un suelo recto y con la burra de pie. Si alguien te ayuda manteniéndolo recto, mejor. En caso de que lleve ojo de buey, el nivel debe estar entre las dos marcas indicadas (mínimo y máximo) y si es varilla, con ella desenroscada sácala, métela sin enroscar (o haz un giro antihorario) y comprueba que esté entre las dos marcas. Si está bajo de nivel, rellena con el mismo aceite (a ser posible) que lleve habitualmente. Puedes mirarlo una vez al mes o al menos cada 1.000 km.
El consejo para los frenos.-
No se gastan las pastillas de freno de repente, por lo que irás sobre aviso. Si en la revisión te han dicho que les quedan poca vida y no las has cambiado, no estará de más que de cuando en cuando eches un ojo. Normalmente podrás ver el estado de las pastillas mirando a través de la pinza y puedes ayudarte para ello con un espejo y una linterna. Las pastillas llevan una chapa metálica y sobre ellas el "ferodo" o material de contacto con el disco. Este debe tener, como poco, un par de milímetros de grosor. Puede "estirarlo" más, pero ya entra en zona de peligro, y si llega a tocar la chapa contra el disco desgastará este último haciendo surcos en el disco que después desgastará más rápido las siguientes pastillas, perdiendo eficacia de frenado. También debes comprobar el nivel de líquido de frenos. Esta operación es más fácil; hay un ojo de buey en cada bomba de frenos y ahí, girando el manillar para que la bomba quede recta, se ve el nivel. Si tu 'burra' monta tambores también debes prestarles atención: si ves que al frenar ha aumentado el recorrido de la maneta o que ya no frena como antes, en el propio tambor hay un tensor del cable (o varilla). Ténsalo hasta un punto en que la rueda empiece a bloquearse y después suéltelo una vuelta. Quedará perfecto. Si ya no puede tensar más, te has quedado sin zapatas y tocará un cambio de este componente. Para esta tarea debes ir al taller si no tienes experiencia previa.
Los neumáticos, parte vital de tu burra.-
Los neumáticos de la 'amoto' son nuestro punto de contacto con el suelo. El peso de la 'burra' más el del pasajero, así como la fuerza de frenada, de aceleración o el agarre lateral en curva dependen de unos pocos centímetros de goma en contacto con el suelo. Que estos estén en buen forma es básico para nuestra seguridad e incluso para disfrutar de la 'burra': una 'burra' con poca presión en los neumáticos o con un neumático ya gastado (por tanto, deformado) empeora gravemente la estabilidad. Esto es todavía más notable en un escúter, con ruedas más pequeñas que las 'burras' y por ello, más importante. La presión adecuada de los neumáticos vendrá en el libro del usuario y en muchos modelos también en alguna pegatina en la carrocería o chasis. El simple paso del tiempo hace que la presión baje, por lo que es importante mirarla todas las semanas, cada dos semanas como mucho. De paso comprueba el estado: que no haya cortes, deformaciones en ningún sitio, que no haya "picos" o saltos en la banda de rodadura y que en los testigos de desgaste se vea que queda más de 1,6 mm de profundidad de dibujo.
Ojo a los aprietes.-
Tornillos y tuercas de ruedas, del grupo motor-basculante y de suspensiones son fáciles de mirar. Comprobar con la misma mano que no estén sueltos puede valer de cuando en cuando. Los de los escapes, en motores monocilíndricos de 4T (la mayoría de los escúteres) sufren de muchas vibraciones y es fácil que se suelten. Comprobar el apriete con la llave adecuada previene que los pierdas, que aparezcan vibraciones y, en casos extremos, que pierdas el tubo de escape... no serias el primero. Comprueba también los de los contrapesos del manillar, que se pierden con cierta frecuencia, y ya de paso los de soporte de las manetas. Estos no suelen caerse, pero más vale prevenir.
Luces e instalación eléctrica.-
La 'burra' no es el coche; una de las pequeñas ventajas es que es más fácil darse cuenta de que falla una bombilla. Pero también es mucho más grave que ocurra: en caso de fallo del único piloto trasero y luz de freno le convierten en invisible. Un reflejo en un cristal puede ayudarte, pero lo mejor es, con motor en marcha y sobre el caballete, comprobar fuera de la moto qué luces funcionan y si alguna falla. Si es así, comprueba bombillas y fusibles, al igual que el claxon.
El mejor consejo para el mantenimiento de su burra.-
Cada 'burra' y cada escúter son distintos. En algunos los retrovisores se montan con tuercas que pueden aflojarse y en otros van sobre soportes sin apriete posible. Unas llevan radiador y otras no, unas llevan frenos de tambor y otras de disco. Pero en cada una el fabricante ha dispuesto, en el libro de usuario, qué puntos es necesario revisar y con qué frecuencia. No es, simplemente, una lista de las tareas a realizar en la revisión: si se fija con detalle en este libro verá cómo hay tareas que te dicen qué debes comprobar cada vez que se subas, cada semana o cuando corresponda. Si quieres mantener tu 'burra' en la mejor forma posible, lee el libro, anótate las tareas que debes realizar y cada cuánto tiempo y cúmplelo. Te ahorrarás sustos y disgustos.