Una 'amoto' llega a una iglesia católica y se baja de ella un viejo motero borracho tatuado que se tambalea a través de la puerta, se dirige a un confesionario, se sienta en él y no dice nada.
Desde fuera del confesionario, un desconcertado sacerdote tose para atraer su atención, pero aún el viejo motero no dice nada.
Después, el sacerdote golpea fuerte la pared del confesionario en un último intento para que el motero hable y comience su confesión.
Finalmente, el motero borracho responde:
"No te preocupes, hermano, tampoco hay papel en este".