Ayer me quede atrapado detrás de una joven que montaba un caballo. No importaba lo que hiciese, simplemente no podía pasarla. Tocaba la bocina y le indicaba con la mano que intentaba pasarla, pero ella no me dejaba.
Hasta un tranvía, que estaba detrás de mí, hacía sonar su campana indicando que fuésemos más deprisa.
Me estaba poniendo nervioso, muy nervioso y me sentía muy frustrado.
¡Son personas como tú las que causan accidentes!", grité.
Simplemente ya no pude soportarlo más. Mire alrededor para asegurarme de que no había moros en la costa y ...
... me bajé del tiovivo.