Una motera sufre un ataque al corazón y es llevada al hospital. Mientras se encuentra en el quirofano ve muy cercana la muerte. Viendo a Dios le pregunta:
"¿Me ha llegado la hora?"
A lo que Dios responde:
"No, todavía te quedan 43 años, 2 meses y 8 días de vida".
Ya que tenía mucho más tiempo de vida, muchas nuevas carreteras que recorrer, se pregunto si debe parecer incluso mejor, por lo que la mujer decide permanecer en el hospital. Allí se hace un estirado facial, una liposucción y una abdominoplastia.
Después de la última operación, abandona el hospital y mientras se dirige a su casa a bordo de su burra choca contra una furgoneta de reparto y fallece.
Al llegar frente a Dios, le dijo:
"Pensé que me había dicho que me quedaban más de 40 años de vida. ¿Cómo es que no me sacó del camino de ese maldito camión?"
A lo que Dios respondió:
"No la reconocí".