Iba conduciendo la 'burra' por una boscosa carretera de montaña cuando repentinamente un ciervo apareció en mitad de la carretera. A pesar de mis maniobras por esquivarle no me fue posible y choqué contra él, saliendo disparado de la 'amoto' y cayendo en la zanja que, para recoger las aguas, transcurría a lo largo de la carretera. Del golpe que recibí, me desmaye.
Cuando me desperté vi que se había detenido un hermoso descapotable rojo. Lo conducía una impresionante rubia que vestía una vaporosa blusa la cual dejaba entrever unos firmes pechos. Al verla pensé que, como consecuencia del accidente, la había 'palmado' y estaba en el paraíso. La mujer se dirigió a mí y me dijo:
"¿Estás bien? Veo que tienes un par de heridas. Te llevaré a mi casa para limpiarlas y vendarlas. También tengo muy buenos analgésicos y deberías tomar alguno".
Trate de evitar ir a su casa diciéndola que me encontraba bien y que mi esposa probablemente no lo aprobaría. Pero la tentación fue más fuerte y ...
Una vez la chica había limpiado y vendado las heridas y había tomado los analgésicos, la dije:
"Te estoy muy agradecido pero debería irme de lo contrario mi esposa me matará". A esto ella me dijo:
"No seas tonto, deberías quedarte un rato más"
Cuando me volví para despedirme definitivamente la vi medio desnuda, mostrando lo que considero los mejores pechos del mundo. La dije:
"Me gustaría quedarme, pero mi esposa definitivamente me matará". Dijo:
"¿Qué te pasa? Quiero decir, ¿dónde está tu esposa en este momento para que le tengas tanto miedo?". La respondí:
"No lo sé, probablemente todavía en esa zanja con mi 'amoto'"