El motero se despierta con una terrible resaca. Abre los ojos y lo primero que ve es un par de aspirinas y un vaso de agua, en la mesilla.
Se sienta en la cama y ve enfrente de él su ropa, toda limpia y planchada. Mira la habitación y ve que todo está totalmente limpio y en orden. Igual está el resto de la casa.
Se toma las aspirinas y ve una nota en la mesilla. La nota dice:
"Cariño, tienes el desayuno preparado en la cocina. Me he ido temprano de compras. Te quiero".
Así que va a la cocina seguro de que allí encontrará un desayuno caliente y el periódico matutino. Su hijo está en la mesa desayunando. Le pregunta:
"Hijo, ¿qué paso anoche?"
Y el chico responde:
"Bien, llegastes a casa después de las tres, borracho y delirante. Rompistes algunos muebles, vomitastes en el pasillo y te pusistes un ojo morado al tropezar con la puerta".
Confuso, el motero pregunta:
"Entonces, ¿por qué está todo limpio y en orden, y el desayuno preparado?"
El chico dice:
"Ah, eso, mamá te arrastró al dormitorio y cuando trato de quitarte los pantalones, dijistes ¡Déjame mujer que estoy casado!"